miércoles, 26 de octubre de 2011

El Señor Ego

El peor de los egos es el que se alimenta silencioso.

El que nace y crece alimentándose de agasajos,

palabras y pequeñas cosas cotidianas.

El ego que crece por saberse humilde y simple.

Tan humilde, tan simple. Si, taaan humilde, gracias gracias.

Tan zen, taaaan simple, gracias gracias.

Tan humano, tan simple, taaaaan. Si gracias gracias.

Y de tanto gracias gracias y tanto tanto,

la humildad metamorfosea en grandilocuencia silenciosa.

La simpleza en la comodidad de la auto-satisfacción.

Esa simpleza que te hace sentir un ser que nada necesita

pero que despacito se va alimentando de otras cosas

y te hace sentir merecedor de lo que se desea o de lo que sea,

demandando tácitamente.


El ego de la humildad que te hace sentir despierto,

incluso más que el resto,

cuando en realidad estas taaaan dormido que no podés

ser consciente ni de lo que estás soñando.


Me empacho de eso tantas veces

y me duermo tan profundamente que me encuentro

a un paso de arrasar con lo que hay alrededor.


Cuando la humildad deja de ser humilde

y la simpleza simple y logro darme cuenta,

me retiro antes de dañar,

porque nadie se merece una porción gratuita de mi hostilidad.


Trato de encontrarme con eso que soy

dejando al menos por un rato la auto-fabulación y el propio y ciego regodeo.


Y me vacío de agasajos, palabras y demás,

sabiendo aún así que lo hago para llenarme de nuevo

y que con el transcurrir del tiempo voy embadurnar la humildad de lentejuelas,

dormires y fabulaciones...


Cuando me olvido de ver afuera y me doy cuenta

que tampoco estoy mirando adentro

es porque estoy viendo la proyección que se me antoja.



Zamirus.

miércoles, 13 de abril de 2011

Las Langostas


Febrero de 2002

Los cohetes incendiaron las rocosas praderas, transformaron la piedra en lava, la pradera en carbón, el agua en vapor, la arena y la sílice en un vidrio verde que reflejaba y multiplicaba la invasión, como espejos hechos trizas. Los cohetes vinieron redoblando como tambores en la noche. Los cohetes vinieron como langostas y se posaron como enjambres envueltos en rosadas flores de humo. Y de los cohetes salieron de prisa los hombres armados de martillos, con las bocas orladas de clavos como animales feroces de dientes de acero, y dispuestos a dar a aquel mundo extraño una forma familiar, dispuestos a derribar todo lo insólito, escupieron los clavos en las manos activas, levantaron a martillazos las casas de madera, clavaron rápidamente los techos que suprimirían el imponente cielo estrellado e instalaron unas persianas verdes que ocultarían la noche. Y cuando los carpinteros terminaron su trabajo, llegaron la mujeres con tiestos de flores y telas de algodón y cacerolas, y el ruido de las vajillas cubrió el silencio de Marte, que esperaba detrás de puertas y ventanas.

En seis meses surgieron doce pueblos en el planeta desierto, con una luminosa algarabía de tubos de neón y amarillos bulbos eléctricos. En total, unas noventa mil personas llegaron a Marte, y otras más en la Tierra preparaban la maletas...


Capítulo sacado de Crónicas Marcianas, de Ray Bradbury.

martes, 28 de septiembre de 2010

Miradas

Miradas extrañas,
solitarias,
contentas,
tristes.

Miradas agotadas,
satisfechas,
cariñosas.

Miradas asesinas,
amorosas,
vivas y,
muertas.

Miradas;
un mundo
distinto
en cada instante.

viernes, 30 de julio de 2010

Nosotros y la Naturaleza

... A las escasas afirmaciones cosechadas hasta entonces por mí en el camino hacia el fin verdadero de mi vida, se agregó ahora esta nueva: la contemplación de estos productos, el abandono a las formas irracionales, singulares y enrevesadas de la Naturaleza, engendra en nosotros un sentimiento de la coincidencia de nuestro interior con la voluntad que las hizo nacer y acaban por parecernos creaciones propias, obra de nuestro capricho; vemos temblar y disolverse las fronteras entre nosotros y la Naturaleza, y conocemos un nuevo estado de ánimo en el que no sabemos ya si las imágenes reflejadas en nuestra retina proceden de impresiones exteriores o interiores. Ninguna otra práctica nos descubre tan fácil y sencillamente como ésta hasta qué punto somos también nosotros creadores y cómo nuestra alma participa siempre en la continua creación del Mundo. Una misma divinidad indivisible actúa en nosotros y en la Naturaleza, y si el mundo exterior desapareciese, cualquiera de nosotros sería capaz de reconstruirlo, pues la montaña y río, el árbol y la hoja, la raíz y la flor, todo lo creado en la Naturaleza, está previamente creado por nosotros, proviene del alma, cuya esencia es eternidad, esencia que escapa a nuestro conocimiento, pero que se nos hace sentir como fuerza amorosa y creadora...



Pasaje sacado de Demian por Hermann Hesse

martes, 13 de julio de 2010

La Cuarta Dimensión

-Algún día -le dije a Jan-, cuando se demuestre que el mundo tiene cuatro dimensiones en vez de solo tres, un hombre podrá salir a dar un paseo y desaparecer porque sí. Sin funerales, sin lágrimas, sin ilusiones, sin cielo ni infierno. La gente estará por ahí sentada y se preguntará <<¿ Qué le ha pasado a George ? >>. Y alguien dirá: Bueno, no sé. Dijo que iba por un paquete de cigarrillos.



Párrafo sacado de Factotum por Charles Bukowski.

jueves, 1 de julio de 2010

3. El peligro que acecha más alla del Tiempo

Estáte prevenido, ya que en todos esos viajes y periplos de la mente o del alma o del espíritu hay grandes y terribles peligros, desconocidos y nunca soñados por los hombres mortales. Sé cauto, para no penetrar demasiado en la negrura y el abismo insondable del vientre del tiempo infinito. Y es que más alla del Comienzo, y al otro lado, mora aquellos de lo que no sospecha el hombre; y allí encontrarás un Reino extraño y amenazador donde acechan horrores ocultos y el Terror caza a la vista de todos sin que nadie pueda verlo; dicha región asombrosa y lóbrega tiene la apariencia y el aspecto de una orilla pálida, gris e indefinida, bañada por la perezosas olas del Tiempo inconmensurable e impensable. Y es allí, en una Luz terrible que está por encima de toda oscuridad, en medio de un profundo Silencio que chilla por encima de todo sonido, donde Ellos se escabullen y merodean con su aspecto horrible, esclavizados con un hambre repugnante e indecible hacia todo lo que es limpio y sano o inmaculado.
Sí, pero está más alla del alcance de mi pluma describir el auténtico y verdadero aspecto de los flacos y famélicos Cazadores, los hambrientos e innombrables Devoradores, aunque en algunos mitos antiguos se les simboliza de manera vaga y ambigua: incluso los griegos de antaño tenían un nombre para ellos, aunque ocultaba y velaba su vileza impura y esencial. ¡Iä! ¡Hastur! Son enjutos y espantosos; y los hombres despiertan en ellos un hambre cósmica; y todo lo que su eco, y su recuerdo. Cuando la Caza ha comenzado son terribles, e igual de tenaces y directos que incansables e inevitables.
Corren y se deslizan por el espacio de los ángulos, de modo furtivo pero sin desviarse de su trayecto, y sin que nada les apacigüe; son Cazadores del Más Allá, y acerca de ellos hay poca cosa que los sabios de los tiempos pasados se atrevieran a escribir para que lo leyeran hombres menos sabios y prudentes que ellos. Porque conocerlos es hacer que sus formas furtivas y descarnadas acechen tus sueños; e incluso soñar con ellos es, como dice Eibon, atraerlas hacia ti. Se deslizan y corren con facilidad por el espacio angulado, y solo pueden avanzar con dificultad por el espacio curvo, del que se compone nuestro universo.


Pasaje sacado de El Libro de las Puertas mencionado en El Necronomicón: la traducción de Dee.
H. P. Lovecraft

miércoles, 30 de junio de 2010

Formes qui sont Déformés

Me imagino demasiadas posibles
formas y me pregunto,
¿cómo hubiese sido encontrarte
en mi cama esa mañana?.

Me molesta saber que el hecho,
no fue asi.

Dando el resultado a las
"Posibles Formas"
de desaparecer en un instante.